El
esperpento que desde hace años protagoniza la Diputación General de Aragón
respecto de una de las reivindicaciones más sentidas de los aragoneses, la
reapertura del Canfranc, tuvo uno de sus momentos culminantes el pasado
viernes cuando, en las Cortes de Aragón, el consejero de Obras Públicas
llegó a justificar la paralización de la mejora de la línea con la excusa
de que sería preferible construir un túnel bajo la sierra Caballera.
Al
empezar este artículo pensé hablar de esquizofrenia, recordando la
entrevista en el Heraldo del último Día de Aragón al presidente
Iglesias, fotografiado en Francia junto a la vía abandonada del Canfranc…,
en cuya reapertura no ha creído nunca. Lo demostró al responder hablando
de la travesía central, cada vez que los periodistas le preguntaban por la
reapertura de la línea Zaragoza-Canfranc-Pau. Dejémoslo en esperpento e
intentemos demostrarlo.
Desde la perspectiva actual de una línea que acaba en Canfranc, su trazado
en forma de Z es un problema para los viajeros porque alarga el tiempo de
viaje, aunque lo que más lo alarga es el mal estado de la vía que, a
partir de Huesca, impide a los trenes superar los 60 o 65 km/h en la mayor
parte del recorrido. Pero no es problema para las mercancías (no se olvide
que, a pesar de que la línea está cortada en Francia, todos los días baja
un tren con casi mil toneladas de maíz francés), que lo que necesitan es
una vía por la que circular sin pararse.
Habida cuenta el limitado el número de viajeros que, en el más optimista
de los escenarios, puede captar este ferrocarril, ¿es razonable plantear
la construcción de un túnel de 12 km? La idea que algunos ingenieros han
“vendido” a los inquilinos del Pignatelli (a los actuales y a los
anteriores) es una obra de tales dimensiones y coste que se aproxima a los
del túnel que se construye bajo la sierra de Guadarrama. Pero éste dará
servicio ferroviario a todo el noroeste español, desde Galicia al País
Vasco; para darlo a Jaca y Sabiñánigo, ¿hay que perforar el Prepirineo?
Tampoco hay que hacerlo para bajar el maíz francés. Ni siquiera en la
perspectiva de que se hiciera la travesía central, y de que se hiciera por
este sector del Pirineo, haría falta. Porque la eficacia y la rentabilidad
del transporte de mercancías por ferrocarril no se basan en el itinerario
más directo, sino en la fiabilidad de la infraestructura y en la
existencia de surcos horarios suficientes para que los trenes (que
circulan despacio, porque hacerlo deprisa encarece los costes) no se
tengan que estar parando estación tras estación.
Y
todavía resulta mucho más absurda la propuesta de la DGA, si se tiene en
cuenta que podría obtenerse el mismo resultado solo con reabrir la vía que
hasta 1970 unía Zuera con Ayerbe, por Gurrea de Gállego. Se trata de una
línea prácticamente recta y llana, ideal para el ferrocarril, cuya
plataforma se conserva y es propiedad del Estado; ponerla en servicio (con
vía doble electrificada) costaría solo 58,2 millones de euros. Incluso si
se sumase esta cifra a la resultante de construir una variante entre
Ayerbe y Caldearenas, a fin de evitar el difícil tramo de Riglos,
aprovechando el valle de la Garoneta, para lo que bastaría con perforar
dos cortos túneles, el coste sería diez veces menor que el del subterráneo
de Sierra Caballera que propone Velasco.
En
poco más de dos años la línea estaría operativa y el ferrocarril de
Canfranc serviría no solo para que los zaragozanos volvieran a subir al
Pirineo en tren, sino para que los turistas de Madrid o Barcelona pudieran
hacerlo en tres horas. Y con ello no se margina a Huesca, porque para sus
ciudadanos el automóvil seguirá siendo una alternativa más atractiva que
el tren para este desplazamiento, y la futura plataforma
logístico-industrial estaría unida a la línea por Ayerbe.
La
mejora de la línea por su trazado actual, decidida por el Gobierno del PP,
es un primer paso inexcusable para recuperar un ferrocarril moribundo y no
excluye ningún otro. Por eso en Crefco decidimos posponer la
reivindicación de reabrir el tramo Zuera-Turuñana hasta que esa mejora se
hubiera concluido. Incomprensiblemente, si se recuerdan sus declaraciones
cuando estaban en la oposición, la llegada del PSOE al poder central ha
supuesto la paralización de esa mejora. Y ahora pretenden justificar el
parón desde el poder regional con la fantasiosa propuesta de hacer un
túnel bajo la Sierra Caballera. ¿A quién pretenden engañar?
06/05/06
Luis Granell Pérez
Representante de la Fundación Ecología y Desarrollo en Crefco