Viaje de Invierno
No
es exagerado afirmar que la del Canfranc es, posiblemente, la más bella
línea de ferrocarril de España. Su trazado permite conocer casi todos los
paisajes de Aragón: las huertas y eriales del valle del Ebro, los dorados
somontanos oscenses, los rápidos por los que el Gállego salva el
Prepirineo y la cordillera que el tren atravesaba hasta 1970. Subir en
tren de Jaca a Canfranc es una delicia en todo tiempo. Cada estación del
año brinda al viajero un paisaje diferente que presenciar desde el
privilegiado balcón del trazado ferroviario, colgado a 1000 metros de
altitud sobre el valle de Canfranc.
En
el mes de enero Crefco se subió al tren cámara en ristre y son las
imágenes captadas las que nos permiten narrar el viaje.
Este invierno de 2009-2010 ha sido pródigo en nieve, así
que el ADIF tiene en la estación de Jaca
una locomotora dotada de cuña para abrir paso a los trenes
después de las nevadas.
La niebla ha invadido el valle a la altura de Villanúa
ocultando el hermoso viaducto de Cenarbe.
¿De verdad que hay vía más allá?
Aunque ayer estuvo lloviendo, la nieve todavía oculta las
traviesas y
parece que fuera ella la que mantiene los carriles bien
alineados.
La señal avanzada indica que nos acercamos a la estación
internacional y
un hormiguillo de impaciencia invade al viajero.
Cuando entramos en la playa de vías, todas salvo la nuestra
han desaparecido bajo la nieve…
Y también bajo los árboles que han crecido entre los
carriles que no se usan desde hace tanto tiempo.
La visión de la estación, aunque como ahora esté vallada,
impresiona al viajero. Cuando sea hotel,
deberían dejar una vía pegada al edificio para poder seguir
experimentando esta sensación única.
Al bajar del tren las nubes comienzan a levantarse y se ve,
allá en lo alto,
el viejo fuerte de Coll de Ladrones.
La vía de la izquierda conduce a Jaca, la de la derecha al
cocherón
donde se guarda el automotor por la noche. Parece que
fueran las únicas.
¿Cuántas veces han llenado los aragoneses esta explanada,
hoy desierta, para pedir la reapertura?
La nieve hace más evidente la urgencia de preservar el
material histórico acumulado en los cocherones,
vías y andenes de la estación internacional.
Parece que los vagones de cereal hubieran llegado hasta el
silo milagrosamente, pero las balizas
indican por dónde va la vía por la que lo han hecho. Mañana
subirá el tren de mercancías y será visible.
Los trabajos para corregir y encauzar los barrancos en las
empinadas
laderas de Los Arañones fueron titánicas.
La placa giratoria del depósito de locomotoras dejó de
moverse hace demasiado tiempo.
En los tiempos del vapor, estas eran las cuñas quitanieves
que se les ponía para abrir paso a los trenes
en días de nevada.
Desde el andén de la pequeña estación provisional, la vista
se eleva inevitablemente hacia la cúpula
central de la estación que parece formar parte de la
montaña.
De vuelta hacia Jaca, hay que aprovechar para hacer las
últimas fotos antes de que falte la luz.
Volveremos en primavera.
Texto y fotos: Luis Granell