El Canfranc,
alternativa a una autovía imposible
(Publicado en
HERALDO DE ARAGÓN - 27/03/10)
Cuando uno baja por la carretera desde el túnel de Somport y empieza a ver
el valle de Aspe, a escuchar sus sonidos, a oler sus aromas, y cuando
contempla a los lugareños en sus tareas diarias, comprende por qué nunca
se va a construir una gran carretera por allí. Sería inmoral.
Que
no se empeñen los políticos aragoneses en hacernos creer que la carretera
RN-134 será una vía de gran capacidad o que los franceses van a construir
una autopista hasta Pau, porque no lo van a hacer. Insistir por su parte
en hacernos creer lo contrario es intentar engañarnos.
Tanto la población del valle como los políticos de la zona que a su vez,
han hecho ver al gobierno central la inconveniencia de construirla, tienen
claro que con las obras de mejora ya realizadas en la RN 134 es más que
suficiente y admisible para el transporte por carretera en este valle.
Nadie que recorra esos parajes va a defender que se hagan más obras para
ensanchar la carretera o para que haya más transito de camiones, salvo que
esconda intereses mercantilistas en el más ruin sentido de la palabra.
Por
eso creo que no es bueno vender humo o intentar engañar, ni tampoco
olvidar interesadamente las soluciones. Olvidar o, mejor dicho, no querer
entender que el ferrocarril ya construido entre Pau y Canfranc es la
solución más barata y más sostenible para que las mercancías pasen por
este valle, es no entender que lugares como el valle de Canfranc y el de
Aspe son ecosistemas únicos y frágiles que debemos proteger de
inmobiliarias y especuladores.
Todos los estudios realizados hasta ahora y, los aragoneses sabemos que ya
son unos cuantos, avalan la rentabilidad económica, social y
medioambiental de la reapertura de esta línea, siempre que se haga con
criterios técnicos actuales, tal como lo refleja el último estudio
encargado por el CESA presentado en noviembre y que deja bien claro todas
sus posibilidades.
Defender, incluso con ahínco, como han hecho ciertos políticos aragoneses
y bearneses, la construcción de autovías por lugares tan especiales como
estos es una muestra de su mentalidad, que podría resumirse en la
afirmación de que “todo vale mientras se llenen nuestros bolsillos”.
Y
no, no todo sirve ni debe servir si con ello destruimos paisajes y modos
de vida.
El
ferrocarril ya esta hecho y si observamos su recorrido, vemos que se
adapta al paisaje, que ya forma parte del mismo. Y adivinamos que el paso
de trenes modernos no supondría un deterioro medioambiental para los
valles ni un riesgo para la calidad de vida de sus habitantes.
Los
políticos deberían darse una vuelta desde Jaca hasta Pau; comprenderían
que la solución para que mercancías y viajeros atraviesen el Pirineo ya
esta construida, que nuestros abuelos ya lo vieron y que solo hace falta
ponerla otra vez en marcha con los avances tecnológicos del siglo XXI.
A
los que no son políticos, les recomiendo un paseo por los valles de
Canfranc y Aspe en uno de esos días primaverales en los que la naturaleza
nos regala lo mejor de si misma. Solo hay que llevar los cinco sentidos
dispuestos a disfrutarla.
Benjamín Casanova Martín
(Portavoz de Crefco)