La hora del
Canfranc
(Publicado en
HERALDO DE ARAGÓN - 18/06/2010)
Pocas veces habíamos visto despliegues propagandísticos como el que
precedió a la reunión de ministros de transporte europeos en Zaragoza, en
apoyo a la travesía central del Pirineo (TCP), con actos organizados en
Tánger, Lisboa y Madrid con gran aparato protocolario y mediático. Y pocas
también que un proyecto impulsado por la Diputación General de Aragón haya
obtenido tan escaso resultado, por no decir severo revés. Por si no fuera
suficientemente significativa la ausencia del ministro francés Borloo, la
apostilla del ministro español Blanco a la intervención del presidente
Iglesias fue el prólogo de la dura conclusión de que solo en 2020 se
conocerá el proyecto, que no las obras, del supuestamente prioritario eje
16: Sines/Algeciras-Madrid-TCP-París.
La
crisis económica ha venido a poner un punto de sensatez en la política de
infraestructuras de Europa y, sobre todo, de España, lanzada desde hace
años a construir aeropuertos por doquier, una de las mayores redes de
autopistas y la mayor de líneas de alta velocidad del continente. Si se
comparan las previsiones del Plan Estratégico de Infraestructuras y
Transporte 2005-2020 con la población o los índices de actividad económica
del país, se concluye que están sobredimensionadas. Pese a ello, la
bonanza económica y los fondos europeos han permitido poner en marcha en
los últimos años numerosas obras de grandes dimensiones y enorme coste. En
este contexto, la DGA apostó por la TCP como la única vía de comunicación
con el norte de Europa, olvidando la vieja, lógica, demanda de reabrir el
Canfranc.
Pero
ahora que la moratoria (¿no habría que decir negativa?) europea a la TCP
ya es oficial, ahora que se ha frustrado el sueño de Marcelino Iglesias de
dejar la política regional con el aura de impulsor de un gran proyecto
para Aragón, no es tiempo de hacer leña del árbol caído sino de recuperar
el mejor espíritu de colaboración entre los franceses del sur y los
españoles del norte, entre aquitanos y aragoneses.
Desde el Comité para la reapertura de la línea Olorón-Canfranc (Creloc) y
la Coordinadora para la reapertura del ferrocarril Canfranc-Olorón (Crefco)
hacemos un llamamiento a todas las fuerzas políticas, sociales y
económicas de nuestras dos regiones para abrir un diálogo sincero, que
conduzca en el plazo más breve posible a la superación de nuestro actual
déficit en materia de comunicaciones ferroviarias, con un proyecto
respetuoso con el Pirineo y adaptado a estos tiempos de recortes
económicos.
Ese
acuerdo habrá de suponer renuncias por ambas partes. Los aquitanos deberán
entender que los aragoneses necesitan un paso eficaz de mercancías hacia
el norte de Europa. Y los aragoneses deberán entender las razones de sus
vecinos para defender el turismo y su calidad de vida en el Pirineo. Ambas
aspiraciones no son totalmente contradictorias sino que tienen un punto de
encuentro: que España renuncie a que la N-330 y el túnel carretero de
Somport sean una vía para el tránsito internacional de mercancías por
carretera, y que Francia reabra el ferrocarril entre Olorón y Canfranc.
Ya
en marzo de 1999 propugnábamos esta solución en el “Pacto del Somport”,
documento que suscribimos entre organizaciones sociales de uno y otro
país, y los entonces alcaldes de Canfranc y Bedous.
Para
quienes todavía dudan de que la línea Zaragoza-Canfranc-Pau pueda ser
útil, el reciente estudio de la prestigiosa consultora Ineco para el
Consejo Económico y Social de Aragón (CESA) ha demostrado que reabrir el
Canfranc sería una solución suficiente para la demanda de las dos o tres
próximas décadas. Que se podría abordar por etapas, empezando por 1,5
millones de toneladas/año con tracción diesel y pocos apartaderos, y
llegar hasta 4,47 millones con tracción eléctrica y más apartaderos. Y que
ese objetivo se puede alcanzar en tres años y con una inversión de 318
millones de euros en diesel y 407,1 con electrificación.
Y
todo ello sin modificar el trazado, que es lo mismo que decir sin impacto
ambiental.
Definitivamente: es la hora del Canfranc. ¿Nos ponemos a ello?
Benjamín Casanova (portavoz de Crefco)
Alain Cazenave-Piarrot (presidente del Creloc)