COMUNICADO DE PRENSA - 05/11/09

 

Crefco quiere saber por qué el PSOE odia al Canfranc

 

Algún día el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) tendrá que explicar a los aragoneses por qué odia al ferrocarril de Canfranc. Porque solo una postura irracional de negar lo evidente (que la línea Zaragoza-Canfranc-Pau es una solución suficiente a medio plazo, viable técnicamente y con un coste moderado) puede explicar su negativa ayer, en el Senado, a pedir al Gobierno que su reapertura sea una de las cuestiones prioritarias durante el próximo período de presidencia española de la Unión Europea.

El pasado mes de junio, la Coordinadora para la reapertura del ferrocarril Canfranc-Olorón (Crefco) pidió a los partidos, sindicatos, organizaciones empresariales, agrarias, cámaras de comercio y alcaldes de las principales ciudades afectadas que se uniesen para convencer al Gobierno de España para que incluyese la reapertura del Canfranc en la agenda del primer semestre de 2010, en que presidirá la UE. El debate de ayer en el Senado demuestra que todas las fuerzas políticas, incluidas las no aragonesas, estaban de acuerdo en pedírselo al presidente Rodríguez Zapatero. Pero el PSOE se opuso y la referencia al Canfranc desapareció de la iniciativa presentada por el senador del PAR José María Mur que, tal como fue votada, se refiere solo al incierto futurible de la travesía central.

Pero no le bastó al Partido Socialista con cerrarse en banda, sino que su senador José María Becana utilizó argumentos falsos, como el de que el Canfranc nunca ha formado parte de las redes europeas y, por tanto, solo puede hablarse de él entre España y Francia. Falsos, porque el Canfranc formó parte de la Red transeuropea de transporte combinado por decisiones del Parlamento Europeo del 22 de octubre de 1993 y del 18 de junio de 1995, si bien en ambos casos se retiró después por la oposición de Francia. Y el Canfranc figura en el Libro Blanco "La política europea de transportes de cara al 2010", aprobado por la UE el 12 de septiembre de 2001, entre las líneas ferroviarias a recuperar. Afortunadamente, los documentos oficiales de la Unión Europea son públicos y la mentira del senador aragonés queda en evidencia.

Para que el viejo sueño de los aragoneses de recuperar su ferrocarril internacional se haga realidad, siempre ha hecho falta superar las reticencias de Francia. La vía de la presión europea resultó fundamental para conseguir el acuerdo de reapertura alcanzado en las "cumbres" de Santander (2000) y Perpignan (2001), frustrado también por el país vecino. Y ahora que en Francia se han producido cambios significativos a este respecto, como la decisión de renovar la vía entre Pau y Olorón, y de reabrir el tramo Olorón-Bedous, el apoyo europeo sigue siendo necesario para convencerla de que también debe reabrir los 32 kilómetros que, en 2011, faltarán solo para llegar a Canfranc.

Paradógicamente, casi a la misma hora que el PSOE votaba en las Cortes de Aragón pedir al Gobierno que la reapertura del Canfranc sea asunto prioritario durante la presidencia española, se negaba en el Senado a llevar la cuestión a la UE. ¿Por qué? Crefco se teme que por la misma razón por la que paralizó en 2004 el proyecto en marcha para modernizar con ancho europeo la línea entre Huesca y la frontera, al tiempo que adelantaba los plazos de la autovía que se construye en ese mismo itinerario: odia al Canfranc. Los aragoneses queremos saber por qué. Y también queremos que nos expliquen por qué votan aquí una cosa y en Madrid la contraria.

 

            Zaragoza, 5 de noviembre de 2009.

 

Coordinadora para la Reapertura del Ferrocarril Canfranc-Olorón (CREFCO)

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