11 Jul 2006: La manifestación fue un no al túnel de Sierra Caballera
El Canfranc reabierto, modernizado y por Ayerbe
Cuando el PSOE llegó al Gobierno en 2004, la designación del oscense Víctor Morlán como secretario de Estado de Infraestructuras suscitó la esperanza de que seguiría adelante con la modernización de la línea ferroviaria Huesca-Canfranc, decidida por el anterior ministro de Fomento Francisco Álvarez-Cascos (PP), quien había dejado encargados proyectos para todos los tramos. Efectivamente, se adjudicaron las obras del que iba más avanzado, la variante de Huesca, pero de los demás no se volvió a saber nada. Cuando Crefco preguntó qué pasaba con esos proyectos, se le dijo primero que no se habían entregado todavía, luego que había que revisarlos, finalmente…, el silencio más absoluto.
El clamoroso desenganche socialista de la modernización de la línea alarmó a todos los que la defendían como paso imprescindible para que Francia reabriera su parte (el propio Álvarez-Cascos había manifestado al portavoz de Crefco y al entonces alcalde de Canfranc, el día que se inauguraba el túnel carretero de Somport, que implantar el ancho estándar desde Zaragoza hasta Canfranc era la mejor manera de presionar a Francia), por lo que las críticas menudearon. En la primavera de 2006, a la Diputación General de Aragón (DGA), que presidía Marcelino Iglesias, se le ocurrió una excusa para ocultar el incumplimiento de las promesas que su partido había hecho cuando estaba en la oposición. Dijeron que se abandonaban los proyectos ya redactados porque iba a hacerse un trazado completamente nuevo entre Huesca y Caldearenas, a fin de acortar el trayecto. Para ello habría que construir un túnel de casi 12 kilómetros bajo la Sierra Caballera.
La propuesta fue rápidamente rechazada por Crefco, tanto porque significaba retrasar más de diez años la mejora de la línea, como porque no parecía creíble que se hiciera una inversión tan elevada (puede calcularse que ese túnel costaría casi 500 millones de euros, dado que por su longitud habría que perforar dos galerías) para una línea por la que, en el mejor de los casos, se moverían solo 3,5 millones de toneladas al año. Pero también porque no estábamos de acuerdo en que se privase del servicio público de transporte que supone el ferrocarril a Ayerbe y los demás pueblos (Plasencia del Monte, Riglos, La Peña y Anzánigo) situados en el tramo que se pretendía suprimir.
Por esta razón se decidió que la manifestación que todos los años, coincidiendo con el aniversario de la inauguración de la línea, organiza Crefco para pedir la reapertura, se haría en Ayerbe. El domingo 16 de julio un tren especial (fletado con el apoyo económico de la criticada DGA, es justo reconocerlo) trasladó de Zaragoza y Huesca hasta Ayerbe a numerosos manifestantes que fueron recibidos en la estación por un número aún mayor, entre los que se encontraban varios representantes de la plataforma Teruel Existe.
Desde la estación, los más de 600 participantes se dirigieron por la calle de Joaquín Costa y la plaza de Ramón y Cajal hasta el Ayuntamiento. En cabeza figuraban tres pancartas. En la primera, que portaban miembros de las organizaciones integradas en Crefco, se leía “Canfranc reabierto”. En la segunda, que llevaban dirigentes políticos de todos los partidos excepto del PSOE, “Canfranc modernizado”. Y en la tercera, sostenida por los alcaldes de Ayerbe, Las Peñas de Riglos, Caldearenas, Castiello de Jaca y Canfranc, “Canfranc por Ayerbe”. Sumadas, eran el eslogan elegido por la Coordinadora para la movilización de 2006.
Cuando más adelante, entre 2008 y 2009, se renovó la vía entre Caldearenas y Jaca, dijeron que se hacía en ese tramo porque era la continuación del túnel de Sierra Caballera y porque serviría para la futura travesía central. Con datos técnicos y económicos, Crefco demostró que la obra no era eso sino una simple renovación de vía. Poco después el Ministerio de Fomento y la DGA dejaron de hablar del fantasioso túnel, no sin haberse gastado una buena cantidad de dinero en estudios previos. Pero los proyectos de modernización de la línea por su trazado de siempre siguen en el cajón donde los metieron en 2004. Y donde siguen incluso tras la llegada al Gobierno (central y regional) del Partido Popular, que en 2006 había estado ampliamente representado en la manifestación de Ayerbe, entre otros por su presidente y actual delegado del Gobierno en Aragón Gustavo Alcalde.
El tren especial entrando en la estación de Ayerbe, con los andenes ya abarrotados de manifestantes (Foto: Vicente Miralles)
La marcha arrancó desde la misma estación. Entre los portadores de la primera pancarta figuraban numerosos ferroviarios (Foto: J.M.H. Urbano)
Numerosas banderas de partidos y sindicatos seguían a la segunda pancarta (Foto: J.M.H. Urbano)
El manifiesto final fue leído por el periodista Ramón J. Campo, que poco antes había publicado su libro “La estación espía”, acompañado por el entonces portavoz de Crefco Víctor López (Foto: J.M.H. Urbano)